EL BOCETO

martes, 29 de marzo de 2011
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Colgando de la ruinosa barra del mismo bar, el más borracho de todos los alcohólicos, continua bebiendo para no tener que recordarse, mientras, en el centro de la sala y abatido a disparos yace sobre un charco de sangre templada, el más cuerdo de todos los locos y el más arriesgado de todos los sobrios, dibujando un extraño un boceto inacabado.
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NIEVE EN PRIMAVERA

martes, 22 de marzo de 2011
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El móvil no dejó de sonar, un timbre tras otro, sobrellevando la misma melodía monótona de siempre, esa a la que ya estaba acostumbrada y que conocía bien...se repetía una y otra vez obligándola a contestar.Mientras los colores oscilaban entre el azul y el rosa...quiso no tener que mirar, pero su destino ya estaba marcado, tatuado en aquel test de embarazo que le confirmaba que en menos de nueve meses sería madre...recordó que hoy era su decimoquinto cumpleaños...descolgó el móvil, lanzó el dispositivo revelador a la papelera próxima y quedó con sus amigas en el pub de los Viernes, las cosas se resolverían, estaba segura -pensó- con la misma certeza con la que cae la nieve en primavera.
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(Cap. XVI) EL HOMBRE DEL BANCO: La noche de fuego.

martes, 15 de marzo de 2011
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El hombre del banco
ancla sus tobillos en alguna parte de la tierra mojada, alrededor de él una gran guerra de fuego, pólvora y ruido lo situan en el epicentro de una ciudad que lejos de encontrarse en pleno conflicto bélico, incendia el cielo de colores y sonidos. Aterrado, espantado y a la vez maravillado, el hombre del banco deja caer su espalda sobre la hierba humeda al amparo de un gran manto verde que un día fue el antiguo cauce del río Turia, hoy convertido en un gran parque que atraviesa la ciudad. Con la cabeza rescostada y la mirada fija en un espectáculo de humo de colores el hombre del banco imagina formas que estallan y se desdibujan en el aire...palmeras, flores, animales, bajo un manto de estrellas lejanas, el silencio de una multitud cercana lo abriga con su calor humano, cabelleras de todos los colores y texturas, diversidad de tamaños y formas de ojos, bocas, narices, matices inimaginables de pieles forman ese gran manto humano en el que sin saber ni como, ni cuando, se encuentra inmerso, como uno más, dejándose acariciar visualmente por esas formas aéreas. Los disparos de los cohetes le traen recuerdos de su infancia y por un momento cierra los ojos y se observa de lejos caminando de la mano de su madre. Él también tuvo pasado, como toda aquella maraña de caras y cuerpos desconocidos. Su pelo lacio y fino enredándose entre los dedos de su padre, los rizos rojizos de su madre sobre su rostro...tan cercana y tan presente como si jamás se hubiera ido. Una imagen que le recuerda ahora más que nunca a la mujer que va de la mano del otro. Y es ese estado emocional que emerge de su embriaguez el que lo lleva a agarrar con suma delicadeza la mano ajena que tiene más cerca y entonces y con toda la pasión de la que es capaz, la acerca hacia él y la lleva hasta su pecho, la besa sin dejar escapar ni un sólo centímetro de su delicada carne, disfrutando cada milésima de segundo de ese secuestro trémulo, al tiempo en el que abre los ojos y se encuentra de frente con el propietario de aquellas extremidades...un uniformado agente de la policía local que con cara de pocos amigos y mascando chicle cual sheriff del condado, clava su mirada felina en la suya.
Perseguido por aquellas manos, aprovechando el disparo final y con la aceleración máxima de un Velociraptor el hombre del banco se emborrona y desaparece como toda aquella artillería, bajo la noche de fuego.
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LA JAULA

martes, 8 de marzo de 2011
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La lámpara roja al fondo, el reloj de sobremesa marcando su incesante tic-tac...paso, voces, amenazas, urgencias que exigen más presencias...el aroma a café, dos asientos, sin acceso, ni revancha, sin reformas, ni formas, el tiempo se desliza por el pasillo que da a las diferentes habitaciones, sin convicción, ni boicot, plena confianza en la nada. La situación es la misma, nada cambia. Humo, descendencia, sofás deshabitados...la estancia que no es roja, ni trémula, se queda vacía...un sobre, un consuelo, los agradecimientos, las exigencias, el asunto podrá resolverse sin los mayores daños, la proposición prende en el aire, dejándose arrastrar por toda la estancia para culminar en los detalles de un hastiado corazón, atrapado en su minúsculo tórax, tratando de escapar tras la propuesta, atareando la mente entre las dudas y al último sorbo del café escapa momentaneamente de su hermética
jaula social.

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EL ENCUENTRO

martes, 1 de marzo de 2011
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Y por fin sale al mundo, emprendiendo una rápida carrera, tan veloz como un loco que corre despavorido refrenándose un poco entre las esquinas y con lágrimas de emoción en los ojos, grita a los cuatro vientos al encontrarse con su cabeza colgando de su propia calavera.
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