
Lo meció en sus rodillas antes de perderlo para siempre, abrió de par en par las ventanas, se despidió del servicio y sentada en la mecedora se agarró firmemente a los barrotes, mientras vio partir bajo sus húmedos ojos el hijo que nunca existió.
"LEJOS DE AQUÍ EL TIEMPO VUELA... COMO LAS NUBES, COMO LAS NAVES, COMO LAS SOMBRAS... CUAL TEMPUS FUGIT. YO ME QUEDO AQUÍ, ENTRE EL TEJIDO IMAGINARIO QUE ANIDA EN EL MONITOR, PARA ASPIRAR PROFUNDAMENTE Y DARLE... SÓLO UNA CALADA MÁS"...
© 2010 SÓLO UNA CALADA MÁS...
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11 comentarios:
Duelen tus humedas palabras, lo que nunca se abrazó duele más que la ausencia del abrazo.
Me corrieron dos lágrimas.
abrazo
Oh vaya... Una historia sin historia... como dices tanto en tan breve espacio de palabras.
Jo, qué triste, Arwen!!
Un beso
No exisitió en la realidad, pero nada sabemos de su imaginación.
Bss.
El dolor de la ausencia que nunca existió...muy acertado Pilar, un gran abrazo. ;)
Fiaris, un gran beso amiga. Hasta pronto.
Essaldir, el microrrelato me parece un gran género en su mínima forma pero en su gran capacidad de expresión, es un reto y una gozada, gracias por pasar a disfrutarlo.
Besos.
Valaf, no te pongas triste :)
Bsss
Ni de la nuestra Mar... ni de la nuestra...
Un gran beso ausente!!
Qué mal... me pone los pelos de punta.
Buen texto.
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