El chirrido de los pasos, desemboca en todos los caminos posibles, demasiado tenue o demasiado lento para todos esos rostros desconocidos. El tintineo de los pies en el asfalto responde a una llamada esquiva y la luz se marcha entre los callejones huyendo entre tantas piernas como la persiguen, mientras el viento comienza a arreciar, para volcar litros de lluvia entre las fauces de toda aquella multitud...y lavar sus conciencias, unas puras, otras sucias, otras...simplemente salpicadas por el agua de la lluvia... y tras la procesión, los asistentes se van, cada uno al mismo lugar por el que han venido para clavarse uno a uno en sus propias cruces.
23 de noviembre de 2924
Hace 16 horas
14 comentarios:
Me gusta mucho el final.
Añadir a tu relato que hay quien lleva la cruz encima todo el año y no ve el momento de quitarsela de encima por miedo a lo que pueda suceder, porque se ha acostumbrado a convivir con ella, por resignación...
Bss.
Javi, bienvenido en medio de este maremoto humano y me alegra que te guste.
Un abrazo.
Arwen
Mar, por descontado se bajan para caminar y luego tornan a ella....
Yo prefiero huir en otra dirección...
Un besooooo de vuelta!! ;)
Muchas veces si la figura de madera que cargan con tanto atrezzo pudiera pensar que pensaría.
Saludos Nuria y creo que planteas un debate muy interesante, el saber que pensaría el protagonista en cuestión.
Un abrazo.
La cruz de la fe... qué ignorancia frente a la incertidumbre del qué vendra tras la muerte, el crucificarse a uno mismo por una pasaje al cielo...
Más de uno debería jugar a Grim Fandango, y ver cuan bromista es la muerte, y cuanto le gusta jugar con nosotros, jajaj... timando a los "muertos" aún cuando ya están muertos. Todos nos sentamos a jugar con ella a los dados cada día, y aunque siempre tiene las de perder, al final acabará ganando... así que lo único que puedo hacer es disfrutar del juego lo máximo posible. Y si Dios quiere repartir suerte, que se la de a otro, yo no creo en esas cosas... :P
Llevas un póker de mano Xto...y eso ya es llevar mucho... :)
Besos y no puedo estar más deacuerdo contigo en esta cruz...
Estar a medio camino es duro. Y nos hace frágiles.
¡Qué bien se respira a ras del suelo y qué bien allá arriba, muy arriba! Pero a media altura, bah, a media altura sólo pillamos algún gripazo de vez en cuando además de no ver ni torta (bueno, abajo tampoco se ve. Pero se ignora que hay o puede haber algo que ver, así que...)
Un beso
Bienvenido Valaf y yo prefiero tener los pies en la tierra, aunque no se tenga tanta altura de miras...siempre nos queda el consuelo de volar en algún avión a falta de alas... :)
Besos.
Arwen
Bueno, entiendo lo que dices y estoy de acuerdo en eso de tener los pies en el suelo. Pero oye, volar sin alas y encima sin caerte es una gozada (pero con los pies en el suelo, claro)...;)
Jordi
Ja,ja...claro! ;)
Un abrazo Jordi.
Es cierto, cada uno tiene su propia cruz donde clavarse.
Me ha encantado.
;)
Bienvenid@ Pulgacroft y muchas gracias a ti, por tu comentario.
Saludos.
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