En mitad de la arena, el gladiador vierte su sangre color grana, desmenuzando entre el polvo su prisión esclava y mientras muere...descubre a cuchilladas el camino hacia la libertad.
23 de noviembre de 2924
Hace 18 horas
FIERAS.
martes, 12 de abril de 2011
Etiquetas:
De mi puño y tecla,
literatura,
microrrelatos,
reflexión,
Sólo Una Calada Más
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
12 comentarios:
Me encanta.
porque la muerte libera, siempre.
Siempre me llenas. Un beso
La muerte, el único camino hacia la libertad. Menuda paradoja! Muy bueno Arwen.
Bienvenido de nuevo Javi y gracias. Un placer compartirlo con vosotros.
Un abrazo.
Arwen
Pilar, agradezco tremendamente tu comentario. Y considera que tú también llenas este espacio. Un beso. :)
...paradoja servida, alegato fundado y camino cercado... muchas gracias Mar!... :)
Besos.
Si no hay no hay y entonces nada. Y si hay, me temo que esa libertad es libertad condicionada. Porque si hay la paradoja se resuelve en la continuidad y si hay continuidad, libertad condicionada.
Un beso
Libertad condicionada...libertad condicional...¿libertad?....
Un beso Valaf ;)
¿Cuál es la condición que hace del esclavo un esclavo?
otro, Arwen :D
Totalmente deacuerdo!! :))
Somos tal vez demasiado exigentes...
Encantador blog el tuyo, un placer haberme pasado por tu espacio.
Saludos!
La sonrisa de Hiperión, bienvenido a mi espacio, disfruta de tu estancia en él y vuelve siempre que quieras.
Saludos.
Arwen
Publicar un comentario